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sábado, 9 de abril de 2011

El día a día de los jóvenes sin oportunidades…

La educación que reciben los jóvenes en las aulas supuestamente, sirve para mejorar el desempeño en sus vidas cotidianas, pues permite el comprender y entender el sistema socio-económico,  político-cultural en el que actúan.

Pero hasta donde este beneficio de la educación formal se puede comprobar cuando vemos jóvenes deambulan do las calles sin horizonte alguno, donde se evidencia la falta de movilidad social, os criterios de llegar a ser alguien en la vida, en este contexto es preferible no quedarse como vendedor ambulante, el rebusque en los buses malabaristas mimos y  payasos en los semáforos  jugándose su vida por unas cuantas monedas o en el peor de los casos el hurto y consumo de drogas.
De ahí que los jóvenes buscan otros espacios para solucionar sus expectativas, sus problemas y sus inquietudes.

Frente a este panorama debemos promover cambiar las estructuras educativas con el propósito de brindar mayores espacios de autorrealización a los jóvenes. Es necesario diseñar un programa de capacitación y actualización permanente para los profesores, se debe instruir para desterrar el maltrato a los estudiantes y desarrollar cursos que se orienten a estrechar las relaciones entre padres, profesores y estudiantes.

No debe de encausarse la educación de los jóvenes por los márgenes del irrespeto, la duda permanente, el odio y el desconocimiento de lo que sucede en su comunidad.

Es indispensable diseñar un sistema de educación formal, haciendo alusión a los principios de libertad, de respeto y de acercamiento a la comunidad, para no seguir permitiendo jóvenes endebles, que se acomoden a cualesquier molde de plástico e irrespetuosas culturas ajenas.

Entonces se explica, pero nunca se puede justificar porque en las escuelas y colegios  se moldean  mentalidades conformistas, dóciles y repetitivas antes que mentalidades creativas, criticas e innovadoras.

A esta situación se suma  el hecho que cuando la mayoría de jóvenes se emplean, la información que fue embutida a la fuerza no es la requerida para el grado que califica su labor por tanto el empleo conseguido no le satisface le desagrada y renuncia fácilmente a él o simplemente es despedido por no calificar. Siguiendo en círculo vicioso del empleo informal, la desocupación total, la falta de un horizonte claro, la desigualdad, la falta de recursos para acceder a una educación superior, la depresión la adicción y en muchas ocasiones desgraciadamente el suicidio.


FLOR PADILLA
Bogotá.

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